viernes, 28 de octubre de 2011

Capítulo VI

-¿Qué?-preguntó, no entendía nada.- ¿alguien me va a explicar de qué va todo esto?

-Vamos.-fue la única respuesta que obtuvo.

Ashley montó en una de las motos, Alex en la otra. Helena se quedó quieta.

-¿No me digas que te dan miedo las motos?-preguntó el chico.

-Al contrario.

Subió con facilidad detrás de él. Siempre le habían gustado.

-Agárrate fuerte.-le recomendó.

Helena pasó los brazos por su cintura, notando los marcados músculos del abdomen bajo la cazadora. Ashley arrancó primero y se colocó por delante de ellos.

El paisaje se desdibujaba a su paso y el viento azotaba su rostro. El fino pijama de hospital apenas la protegía de las frías temperaturas nocturnas.

A las dos horas de viaje pararon para descansar. Bajaron de las motos, Alex se sentó en una roca y Helena le imitó. Ashley sacó una botella de la mochila que llevaba y se quedó apoyada en su moto.

-¿Dónde vamos?-preguntó a Alex.

Fue Ashley quien contestó.

-A nuestra base.

-¿Vuestra base?

-Sí, ¿no lo pillas o qué niña?

Helena se levantó.

-No, no pillo nada, ¡no sé de qué coño va todo esto!-exclamó alterada.

La otra chica se le acercó hasta quedar a pocos centímetros.

-Menos humos rubita. Lo sabrás todo a su debido tiempo, ahora siéntate y quédate calladita.

Helena la miró furiosa, pensando si merecería la pena pegarle un puñetazo.

De repente, la botella que llevaba Ashley explotó y uno de los fragmentos le hizo un corte en la cara. Por el contrario Helena estaba intacta y seca.

Alex se levantó corriendo, la agarró por los hombros e hizo que le mirara a los ojos.

-Helena tranquilízate.

Ella le miró confusa.

-Pero si yo no he hecho nada.

-Ahí hay una manta y un saco de dormir-dijo señalando un bulto en el suelo-intenta descansar un poco, ya no queda mucho, cuando lleguemos entenderás todo y podrás dormir.

Helena le hizo caso, a lo mejor si descansaba toda esa pesadilla terminaría.



Intentó dormir pero las piedras se le clavaban en la espalda, el saco la agobiaba y no dejaba de pensar en lo sucedido. Cuando decidió levantarse escuchó como hablaban en susurros Ashley y Alex.

-Él estaba medio muerto y ella aterrorizada.-escuchó como decía Alex, sin duda hablaban de ella.

-Pero ¿cómo? Si no tiene ni idea de nada, ¿no la has visto?-contestó Ashley en otro susurro.

-¡Precisamente por eso! Mira lo que ha hecho antes solo porque la has llamado rubita, piensa lo que hará cuando lo controle.

-Entonces según tú la lluvia tan fuerte de antes ha sido por ella.

-Sí.

Pasaron unos minutos hasta que Ashley habló.

-Te…

Helena no pudo escuchar el final de la frase.

Las pisadas de alguien acercándose se lo impedían.

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