-Helena, para, me estás empapando.
La muchacha le miró desconcertada.
-¿Qué? Si no estoy haciendo nada…
-Estás llorando.
Helena le miró con odio, se había equivocado, era el idiota que le había parecido nada más saber que no quería matarla.
-¿No puedo? Me han intentado matar dos veces, han matado a la que era como mi madre, un loco me ha agarrado y llevado a cuestas escaleras abajo y he tenido que dejar a mi hermana medio muerta sola. Así que creo que lo que menos puedo hacer es llorar.-exclamó enfadada.
El chico solo sonrío, lo que la irritó aún más.
-Vamos levanta.- dijo tendiéndole una mano ayudarla.
Helena se levantó sola.
-No hay quien te entienda.
-Y todavía no me conoces-dijo riéndose.
Comenzaron a andar hacia el bosque.
-¿Dónde vamos?-preguntó Helena.
-Nos están esperando.
-No pienso ir contigo.
-¿Prefieres quedarte y que te maten?
Ambos sabían la respuesta.
-¿Ya era hora no?-preguntó gritando la desconocida.
-Ha habido problemas.
-Podrías haber avisado ¿no Alexander?
-Por supuesto, ¿antes o después de que me dispararan Ashley?
Ashley sonrió. Ahora que ya estaban cerca pudo ver que era de la misma edad que Alex, morena, con el pelo largo y muy guapa.
-Esta es Helena.
-¿Ella?
Helena se imaginó la imagen que debía dar, con el pelo desastroso, llena de barro y con un pijama de hospital.
-Sí, ella.-el tono de Alex había cambiado.
Mientras se gritaban, ambos parecían divertidos, incluso con lo del disparo pero ahora que se trataba de ella parecían…solemnes.
-Venga vamos. Se van a preocupar.
-¿Quiénes?-preguntó Helena desconcertada.
Ninguno de los dos respondió.
-No nos quieren tanto.-contestó Alex con el ya habitual tono divertido.
-Puede que a nosotros no…pero a ella sí.
Y ambos miraron a Helena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu opinión: